Santiago de Compostela (24 de julio de 2013-24 de julio de 2014)
Hoy se cumple un año del terrible accidente ferroviario que causó 79 muertos y numerosos heridos. Era, como hoy, víspera de la festividad del Apóstol, de la fiesta grande de Santiago de compostela y de Galicia entera. Pero, por desgracia, la fiesta se tornó dolor y no hubo un solo hogar de nuestro país que no se estremeciera con la noticia: cualquiera podía haber sido pasajero de aquel tren lleno de estudiantes, de turistas, de trabajadores…
Aquel día se suspendieron las celebraciones y el lugar de Angrois alcanzó justa fama por la solidadridad de sus vecinos. De aquel dolor (salvo, por supuesto, para las familias de los fallecidos y accidentados, y para el maquinista), para la mayoría de los ciudadanos apenas queda un crucero en honor de las víctimas y los exvotos que se acumulan en su recuerdo. Por lo demás, esta noche será, de nuevo, fiesta.
A lo largo de este último año, los titulares al respecto han sido cada vez más espaciados, mientra la vida volvía a la normalidad. Hoy, todos nos acordamos del suceso y los medios de comunicación hacen hincapié en el aniversario. Pero mañana será otro día.
Los nuevos reyes, Felipe y Letizia, de visita oficial a Compostela, acapararán las portadas de este fin de semana y el júbilo de un puente de tres días relegará el recuerdo de Angrois al fondo de nuestro sueño vacacional. Por eso, hoy queremos hacerle un guiño a aquellas familias que, a lo largo y ancho del país, hoy lloran a sus muertos mientras los demás descansan. La fiesta nunca es igual para todos.
