“Vestirse por los pies. Los secretos de estilo de un auténtico caballero” (por David García Bragado)

Además de mostrarnos claramente las diferencias de forma y funcionalidad entre los diversos atuendos del caballero, el autor analiza, recrea y le proporciona contemporaneidad a la moda clásica masculina. A modo de ejemplo, desmitifica la primacía del color negro, abriendo la moda masculina a un abanico de colores más frescos y osados que los sempiternos negro, gris y azul marino.

Veamos algunas de sus claves de estilo:

MODA MASCULINA: TRAJE VERSUS ESMOQUIN

Aunque ambos son oportunos para ocasiones sobrias, entre un traje y un esmoquin negros hay más diferencias de lo que podría parecernos a simple vista. Veamos algunas:

— El primero se usa con corbata y el segundo con pajarita.

— La camisa de esmoquin es más exquisita (y adecuada al uso de la pajarita).

— La chaqueta del esmoquin tiene forro de seda en las solapas.

— La chaqueta del traje tiene aberturas traseras en el faldón, y la del esmoquin no.

— El pantalón del esmoquin tiene una característica banda sobre la costura de seda.

Culturalmente se ha aconsejado el color negro para adquirir un primer traje, pero lo cierto es que no puede ser usado en continuadas y numerosas ocasiones sin causar el temido efecto “tenebroso”. El negro en un caballero está especialmente indicado para los entierros y funerales, para las celebraciones en las que no se requiere la media etiqueta de un traje semiformal (por ser de un carácter más relajado, como por ejemplo un cóctel) y en contadas ocasiones, preferiblemente nocturnas. Se trata de la más sobria de las opciones por las que nos podemos decantar para el color de nuestro traje. Pero, como le pasa a los calcetines negros: son muy elegantes cuando hay que usarlos, pero en el resto de las coyunturas no dicen absolutamente nada; es más, restan.

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