[vc_row css=\”.vc_custom_1442846960462{padding: 0px !important;}\”][vc_column][vc_column_text]Pie de Foto/Créditos: Participantes en la presentación /Belén Díaz
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Viernes, 26 de Junio de 2015
ANTONIO MUÑIZ | Publicado en ABC
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Rubén Ventureira y Elena Pardo publican un detallado estudio sobre sus inicios
En 1891 un niño de 9 años llegó a la lluviosa y marinera ciudad de Coruña. Allí «despertaron mis sentidos, eso es algo que ni el tiempo ni la distancia podrán borrar», declararía ya anciano y aclamado como pintor genial en 1969. El periodista Rubén Ventureira y la profesora Elena Pardo desvelan en el libro «Picasso Azul y Blanco», editado por Hércules Ediciones, un periodo esencial y olvidado para la formación artística de Pablo Picasso. El libro fue presentado ayer en Madrid durante un acto celebrado en la Casa del Lector de Matadero. La obra es fruto de «ocho años de investigación y cuatrocientos libros acumulados», indica el autor. El evento fue presentado por el escritor lucense Carlos González Reigosa y en el intervino Ventureira. También estuvo presente el actual director de Matadero, el ex ministro de Cultura César Antonio Molina.
Se marcharía de la ciudad gallega en 1895 ya como un pintor adolescente de 13 años a quien la critica comparaba con Giotto y le pronosticaba «días de gloria y un porvenir brillante». Es en la ciudad de la Torre de Hércules donde inició sus estudios artísticos académicos y en lugar donde crea sus primeras obras maestras: «La muchacha de los pies descalzos» o «Retrato de Ramón Pérez Costales». Pero en Coruña sufrió también la muerte de su hermana Conchita, por la que llegó a ofrecer a Dios abandonar la pintura si la salvaba de la enfermedad.
Pero la formación de Picasso fue en esos años más allá de lo académico y pudo haber sido origen de obsesiones tan «picassianas» como la guerra. Señala Ventureira que quizá fue en Coruña donde encontrara inspiración para uno de sus más celebre cuadros, el «Guernica». «Picasso pasaba gran parte de su tiempo en la farmacia del pintor Gumersindo Pardo Reguera, que tenía un grabado de la obra “La Masacre de los Inocentes” de Rubens con la que existen paralelismos», apunta el periodista. Los ponentes señalaron que en esta etapa desconocida de la obra de Picasso surgen otros cuadros como «El hombre con cordero» inspirado en una estatua coruñesa o «El Fauno».
El libro también trata con amplitud y detalle la vida social y cultural que se encontró el pintor a su llegada a Coruña: «Queríamos dar el contexto social y cultural de la ciudad», comentó Ventureira. Contrariamente a lo que pudiera parecer, la pequeña ciudad tenía por entonces una notable actividad cultural a pesar de sus escasos cuarenta mil habitantes. Destacan los autores el papel de los maestros de Picasso en aquella escuela de Bellas Artes: Román Navarro y Antonio Amorós. Además, existía en la capital una importante actividad pictórica con exposiciones frecuentes en los escaparates de Calle Real, allí realizó Picasso la primera individual de su vida.
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