Iter Stellarum

La Gran Obra de los Caminos de Santiago

No existía hasta el momento una obra que contemplase de forma global el Camino como la “vía de vías” que es, tratando en profundidad todos los aspectos de esta ruta; y, sobre todo, abordando todas las rutas. “La Gran Obra de los Caminos de Santiago. Iter Stellarum” de Hércules Ediciones viene a llenar ese vacío.

Más allá de su vertiente religiosa y humana, los elementos artísticos y paisajísticos, así como el propio contacto con los pueblos y costumbres, han convertido esta vieja ruta en una vía cultural, en un camino de espiritualidad hasta el corazón de Galicia y, en consecuencia, en un gran valor turístico.

Cada ruta ofrece un universo distinto con solo cambiar el punto de origen: comenzar el Camino Francés en Roncesvalles poco tiene que ver con partir desde la catedral de Sevilla y dirigirse a Santiago por el que puede ser el segundo gran camino de peregrinación a Compostela: la Vía de la Plata; o con recorrer Portugal de Sur a Norte, bien por la costa, bien por el interior. Y qué decir de aquellos que cruzaban el País Vasco y Cantabria por un camino, el Norte, tan duro como hermoso; o de quienes utilizaban el Camino Primitivo para visitar al Salvador de la catedral de Oviedo.

Todo ello, bajo la coordinación de Luis Feás Costilla, periodista especializado en arte, y que cuenta con un consejo asesor de catedráticos de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, además de una serie de colaboradores de la talla de Juan Manuel Bonet, considerado uno de los mejores expertos de pintura del panorama nacional y que fue director del Museo Reina. Por todo ello, el resultado no puede ser más consistente y homogéneo.

Catálogo

un profundo estudio sobre la peregrinación

Volúmenes i-viii

En estos ocho tomos se realiza un profundo estudio sobre la peregrinación, un fenómeno casi universal de todas las religiones y culturas, así como su influencia y repercusión.

Se analiza la figura del Apóstol desde su nacimiento y su niñez hasta la aparición de sus restos en Compostela. Y se examina en detalle la catedral compostelana y su historia—una de las maravillas del arte mundial—, así como la propia ciudad de Santiago, una urbe en la que se respira arte e historia por los cuatro costados, que por algo es Patrimonio de la Humanidad y ha sido Ciudad Europea de la Cultur

Además se hace un recorrido por las dos rutas de peregrinaje a Compostela más destacadas: el Camino Francés y la Vía de la Plata.
Tanto si partimos desde Roncesvalles a Compostela como si lo hacemos desde Sevilla, en las páginas de estos volúmenes podremos hallar un gran legado no solo devocional, sino histórico y artístico, fruto de una experiencia viva y de un encuentro con un pasado cuyas huellas siguen presentes.

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camino de santiago obra 200x300 - La Gran Obra de los Caminos de Santiago

el nexo cultural entre españa y protugal

Volúmenes IX-XI (Camino Portugués)

Portugal y España comparten mucho más que un espacio geográfico en la Península Ibérica. Compartimos una misma religión cuyo foco de difusión más importante en la Península estaba, y aún sigue estando, en Santiago de Compostela, y podemos afirmar que la influencia del Apóstol se centra en tres puntos importantes:

  • Primero: como difusor del cristianismo en toda Europa pero especialmente en esta área geográfica.
  • Segundo: por el uso que de su figura se ha hecho por los ejércitos ibéricos en su lucha contra los musulmanes.
  • Tercero: por todo lo que se ha derivado de los caminos de peregrinación a Santiago, convirtiéndose no solo en caminos de fe, sino también en caminos de cultura, caminos de concordia y de paz.

rutas menos conocidas pero excepcionales

Volúmenes XII-XIV (Camino Primitivo y Camino Norte)

Dos rutas de peregrinación menos conocidas pero igualmente fascinantes. El Camino Primitivo lo inician en León quienes deciden abandonar el Camino Francés para, de paso que van a la ciudad del Apóstol, desviarse y venerar el relicario de San Salvador en Oviedo.

camino de santiago vol xii - La Gran Obra de los Caminos de Santiago

El Camino Primitivo

Así pues, del Hospital de San Marcos en León se dirigen a Arbas del Puerto, Pajares, Pola de Lena, y de Mieres del Camino hasta llegar a Oviedo por la Rebollada. Tras ver la Cámara Santa ovetense, retoman su ruta por Escamplero, Peñaflor, Grado, La Cabruñana, Cornellana, Salas, Tineo, Pola de Allande y, al fin, cruzan el puerto del Acevo para entrar en Galicia. A través de Fonfría, A Proba de Burón, Palfito, A Fonsagrada, Paradavella, Baleira, A Esperela, Fonteo, Vilalle, Vilabade, As Penas de San Lázaro, Soutomerille, Romeán, Bascuas llegan a la ciudad romana de Lugo. Después de la visita a San Froilán en la catedral, o tras contemplar las espléndidas iglesias de San Miguel de Bacurín y Santa Eulalia de Bóveda, el Camino continúa por San Román da Retorta, Toques y Abeancos, para desembocar en Melide, donde se une de nuevo con el Camino Francés hasta llegar a Compostela.

El Camino del Norte

Los diversos elementos que constituyen el medio físico de los valles cántabros y vascos muestran, tras una aparente homogeneidad del paisaje regional, una rica variación de combinaciones. Desde las plataformas costeras, de relieve ondulado y suave clima, hasta los espacios de montaña que, por sus pendientes, resultan hostiles a los asentamientos. Ambos territorios encierran contrastados ecosistemas, dentro de los cuales se asentaron las comunidades rurales tradicionales. El medio físico podía llegar a ser altamente condicionante de sus formas de vida, hábitat y comunicación. El estudio de la infraestructura viaria en el País Vasco y en Cantabria ha estado olvidado. Los volúmenes Camino Norte I, Camino Norte II y Camino Norte III se basan en una aproximación documental, intentando reconstruir los diferentes ejes vertebradores desde los puertos del litoral cantábrico hacia el Camino Francés.

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La peregrinación por mar

Volúmen xvi (Camino inglés)

La peregrinación jacobea ha estado siempre, en la historia y en la tradición, asociada con una red de vías terrestres: grandes caminos públicos de larga distancia que convergían desde puntos muy alejados de Europa. Hubo “también” –y esto se menciona casi con carácter anecdótico o marginal– unas peregrinaciones por mar.

El presente volumen aborda la historia de dichas peregrinaciones y el origen del llamado “Camino Inglés de Santiago”, pero también las características actuales de dicha vía, que cada vez cuenta con más peregrinos.

El llamado Camino Inglés de Santiago, itinerario marítimo-terrestre, es una ruta de doble ramal, con inicio en A Coruña y en Ferrol, lo que le da una traza de “Y”, con unión en la zona de Hospital (parroquia de San Lorenzo de Bruma), pequeña aldea perteneciente al municipio de Mesía donde antiguamente se ubicaba un hospital de peregrinos, del que se conserva recuerdo en el topónimo que da nombre al lugar.

A Coruña fue la ruta principal desde los tiempos medievales, dado que el puerto herculino tuvo el privilegio de entrada y salida de mercancías y viajeros, mientras Ferrol y otros puertos eran una opción secundaria, dependiendo, sobre todo, de las circunstancias climáticas para la navegación. En la actualidad, Ferrol atrae cada vez más peregrinos.

Desde 1991, cuando se recuperó esta ruta, trazándose un itinerario definido, no pasaron de unos cientos de peregrinos que por aquí circularon. Pero ya en el Año Santo de 2010 se contabilizaron cerca de 10.000 romeros que hicieron el camino por esta vía jacobea, desde A Coruña y Ferrol. Ello parece indicar una reactivación de esta ruta que, con las mejoras practicadas en los últimos años, es de esperar que tendrá, cada vez, una mayor afluencia.

Arousa como destino singular de pregrinación

Volúmen XVII (ruta marítima de arousa)

Tan importante como el destino es el maravilloso camino que nos lleva hasta él —la ruta marítima de Arousa— y su origen mismo —la “translatio” de los restos del Apóstol Santiago desde Jaffa (actual Tel Aviv) hasta Iria Flavia (Padrón) en el siglo I d. C.—

Un Camino es mucho más que un camino. Hay mucho del alma de Galicia en los Caminos de Santiago y hay mucho del alma de Galicia en cada uno, porque cada camino tiene algo especial que lo caracteriza y distingue. Sin embargo, algún Camino se nos presenta con un carácter distinto, un alma nueva y un destino —nos atrevemos a llamarlo así— que aquí descubrimos y mostramos al lector.

El presente volumen trata la historia de este destino singular de Arousa, un “triángulo fascinante” delimitado al note por la Serra do Barbanza, con sus espléndidos miradores de A Curota y O Iroite, que tiene sus réplicas en el este, en el Monte Xiabre y en el mirador de Monte Lobeiro, entre Vilagarcía de Arousa y Vilanova de Arousa.

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El suroeste se cierra con la Ría de Pontevedra, con Sanxenxo y O Grove y las islas de Ons y Sálvora, en la boca de Arousa. El vértice norte del triángulo se prolonga en dirección a Santiago, por la vega del río Sar, afluente del Ulla que nace en el noroeste de la propia ciudad.

La obra analiza también la “intrahistoria” de esta tierra, la historia de la vida cotidiana y de lo que la hace única: la pesca y el marisqueo, el célebre vino albariño, tradiciones como la Romería Vikinga de Catoira, así como una pléyade de escritores, periodistas y artistas —desde Macías “o Namorado” a Castelao— que tienen en el Mar de Arousa su cuna o su fuente de inspiración.

Pero tan importante como el destino es el maravilloso camino que nos lleva hasta él —la ruta marítima de Arousa— y su origen mismo —la “translatio” de los restos del Apóstol Santiago desde Jaffa (actual Tel Aviv) hasta Iria Flavia (Padrón) en el siglo I d. C.—. Según mantiene la tradición, los discípulos del Apóstol, Teodoro y Atanasio, trasladaron en una barca da pedra al Apóstol, al que Herodes Agripa mandó degollar. Siglos más tarde de produce el descubrimiento del sepulcro del Apóstol, dando lugar al Camino de Santiago como ruta de peregrinación para venerar sus restos. Por ello, muchos defendemos a este camino como el Primer Camino de Santiago.

La “Ruta Jacobea del mar de Arousa y el río Ulla”, que hoy conmemora tal evento, fue presentada como ruta turística en 1963 a instancia de José Luis Sánchez-Agustino López. Desde entonces hasta hoy este Camino se ha ido fortaleciendo y ha contribuido —con el apoyo de organismos públicos y privados— a la promoción cultural, turística y económica de la ría de Arousa y del rio Ulla y de todos los ayuntamientos que nacen a su vera.

Volúmen XVIII (Caminos de Prolongación)

Los peregrinos del pasado y el presente siguen experimentando algo especial en Fisterra y/o Muxía. Por una parte sienten que su peregrinaje ha concluido, pero que al mismo tiempo aquí comienza algo, que el ocaso del sol no es más que un anticipo, y que en sus vidas algo principia o nace en ese mismo momento.

La muerte del sol ya no es el tenebroso espectáculo que había sobrecogido a los supersticiosos legionarios comandados por Décimo Junio Bruto en su primera incursión a Gallaecia, sino un broche final, precedido de otros ritos purificadores como el baño o la quema de ropa vieja, entre los creyentes acompañados de los sacramentos de confesión o comunión, que puede abrir la puerta para superar de una vez por todas los problemas que han ido quedando atrás en el Camino, facilitando un proceso de renovación personal. Es por ello que el itinerario jacobeo a Fisterra y Muxía a pesar de su crecimiento en los últimos años, no ha sucumbido a un consumo turístico intrascendente y reitera su mensaje eterno para quien quiera escucharlo dispuesto a extraer un aprendizaje.

PORTADA CAMINO FISTERRA - La Gran Obra de los Caminos de Santiago

En toda época el ingenio popular y los promotores de otros santuarios han concebido eslóganes promocionales para beneficiarse de la riada de peregrinos compostelanos. Pero existe una realidad que forzaba esa variante, desvío o, como el caso que nos ocupa, prolongación hacia una segunda y nueva meta devocional: los peregrinos del pasado solían estar mediatizados por el componente religioso, votivo o penitencial de su experiencia y con facilidad se animaban a acometer nuevos retos sobre la marcha para visitar santuarios de renombre por sus milagros; por otra parte, no se puede ignorar que existe otra motivación indisociable del propio hecho de desplazarse por tierras extrañas: la curiosidad.

Este sentimiento siempre ha acompañado al peregrino desde su vocación de aventurero, viajero inquieto o, a partir del siglo XIX, también como turista. Son, pues, ambas razones, devoción y curiosidad, las que nos permitirán comprender las causas últimas de una Prolongación que, del mismo modo que la meta compostelana, posee un fundamento legendario.

La prolongación también era recomendada en la propia catedral de Santiago, pues constituía un acto de gran devoción visitar al Santísimo Cristo de Fisterra —allá en su iglesia de Santa María das Areas, a partir del siglo XVII instalado en una ostentosa capilla barroca— y a Nosa Señora da Barca en Muxía —con su santuario al borde del mar, asimismo reedificado en el siglo XVIII—. Ambas devociones completaban una trilogía esencial para cualquier cristiano, pues tras visitar al apóstol Santiago, la figura de un privilegiado mediador, se postraban ante la Virgen, suprema intercesora del género humano, y también ante el Cristo crucificado, que era el propio Dios redentor inmolado por los hombres.

Pero ante la inmensidad del océano, en un marco natural majestuoso, el cristianismo no había sino reconvertido lo que ya constituía con anterioridad un espacio sacro relacionado, básicamente, con cultos propiciatorios de la fecundidad. Esta nueva lectura convierte el escenario fisterrano —entendiendo bajo esta denominación el ámbito de las tierras comprendidas entre Fisterra y Muxía— en un lugar propicio para obtener las últimas respuestas al sentido de la peregrinación. De hecho, la presencia del océano infinito, sin más posibilidad física de caminar hacia occidente, se manifestaba como el gran dilema de la vida humana ante el abismo de lo desconocido, a la vez que un símbolo del tránsito que han de recorrer las almas, tras la resurrección, hacia el Paraíso o el Infierno.

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