
Marzo presenta grandes contradicciones meteorológicas, casi tan chocantes como el mes de febrero:
Febrero es loco,
Y marzo no es poco.
Febreiro é tolo
E marzo medio tolo.
Hace frío, las heladas aún son frecuentes y la lluvia y el viento se manifiestan con bastante asiduidad, es decir, el invierno está presente:
En marzo, la veleta,
Ni dos horas está quieta.
O vento de marzo
Queima ás donas no pazo.
Pero también podemos encontrarnos en este mes con días soleados, que no son bien recibidos por los refraneros:
Cuando marzo abrilea,
Abril marcea.
Se marzo maiea e maio marcea
¡Pobres dos pobres que viven na aldea!
El tiempo desapacible alterna con días soleados, pudiendo alcanzar las 500 horas de sol a lo largo del mes:
Marzo, marceador,
De noche llueve y de día hace sol.
Marzo, marzola, trebón e raiola.
(Extracto del libro “El refranero y el santoral” de María Pilar Río Corbacho, editado por Hércules de Ediciones)